Llevar la comida a la oficina

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En España nos estamos haciendo poco a poco a la costumbre de llevar la comida a la oficina en lugar de comer en el bar.  No es que hasta ahora todos los oficinistas se diesen el gran banquete de primer plato, segundo plato y postre, pero un pincho grasiento y una bolsa de patatas fritas podía ser un menú tipo.  El hecho de llevar el almuerzo de casa permite controlar mejor lo que comemos así como los ingredientes utilizados.  A la hora de escoger nuestro almuerzo mejor cuanto más sano, pero también tenemos que tomar en cuenta nuestros gustos  porque comer es un placer
Seguir consejos sobre alimentación debe tomarse con un poco de escepticismo.  A lo largo de los últimos años los especialistas nos han recomendado no tomar pescado azul (sardinas, bonito...), nos aseguraron que el pescado azul es un seguro contra las enfermedades de corazón, sugirieron que era más sano el aceite de girasol, ahora se recomienda el aceite de oliva, etc.   En los últimos tiempos nos sugieren que es mejor tomar cinco comidas, ¿tiene el día suficientes horas para comer tanto?  El desayuno se considera que debe ser la comida más importante, sin embargo en su libro “La enzima prodigiosa” el médico Hiromi Shinya ensalza el ayuno desde la hora de la cena hasta el almuerzo siguiente.  Cuando los propios nutricionistas no llegan a un acuerdo lo mejor es aplicar el sentido común a lo que uno come. 
Para saber qué debemos comer existen unas pautas que parecen lógicas y que se pueden seguir sin pensar demasiado en si estaré haciendo lo correcto o no:  
-    No hay alimentos buenos o malos, lo que hay es que realizar una alimentación variada y evitar lo que está claro que es perjudicial para nuestra salud si así lo indica nuestro médico (por ejemplo para el hipertenso la sal).
-    No hay que incluir en la dieta un exceso de grasas pero también hay que tener en cuenta que las grasas hacen más apetecible cualquier condumio.  Ya sabemos que hay que comer verdura aunque no nos guste y si la aliñamos con aceite resulta más sabrosa.
-    Comer fruta y verdura a menudo.  Cinco piezas de fruta y verdura como indican algunos podría considerarse como media a la semana, aún así para alguien al que no le guste la fruta ni la verdura cinco piezas son muchas raciones, mejor comer cuantas más mejor sin obsesionarse contando.  Y recordar lavar bien frutas y verduras para eliminar restos de pesticidas y abonos.
-    El pan tiene fama de ser un alimento que “engorda”.  Hablamos de engordar pensando en las calorías que contiene, pero el pan a diferencia de otros alimentos tiene muchas propiedades buenas (el pan es una buena fuente de hidratos de carbono que deben ser componentes mayoritarios de nuestra dieta).  El pan nos aporta algo bueno al contrario que otros alimentos como por ejemplo los refrescos que son “calorías vacías”.
-    La mejor bebida es el agua.  Últimamente se ha hablado mucho de las propiedades antioxidantes del vino.  El vino contiene alcohol y por eso debe tomarse con moderación.
-    La carne es también un alimento controvertido.  El que es vegetariano no come carne.  Hay culturas que se alimentan casi exclusivamente de carne.  Hay a quien le gusta muchísimo y a quien no.  A la hora de escoger hay carnes más grasas (carnes rojas) que otras (pollo o pavo).  Lo mejor es la moderación, y  si se puede comprar a un carnicero que además críe en libertad al ganado y no lo atiborre de antibióticos y hormonas mejor.
-    En lo referente al pescado, es una buena fuente de proteína.  Las precauciones a tomar en lo referente al pescado se refieren al origen.  Los pescados de criadero son alimentados con piensos y cuando se ceba artificialmente a los animales nunca es para bueno.  Además en los océanos hay mercurio y este se va acumulando a lo largo de la cadena alimentaria, por eso los pescados grandes presentan más concentración de este elemento.
-    Las raciones es mejor que sean pequeñas, hay que pensar que el trabajo de oficina no presenta un gran desgaste calórico.
-    De vez en cuando está bien darse un capricho con algo que nos guste, aunque sea de esas cosas de las que no hay que abusar:  un dulce, un refresco, una fritanga...
Cuando nos ponemos delante de la barra del bar solemos pedir lo que nos apetece en ese momento en el que estamos muertos de hambre.  El preparar la fiambrera con el almuerzo para ir a la oficina nos permite planificar comidas equilibradas y saludables.  Se puede incluso programar toda la semana:  lunes-sandwich vegetal, martes- burrito, miércoles- hamburguesa, jueves-ensalada, viernes- sardinas.  Cada día pensaríamos en un plato principal y para complementarlo nutriticionalmente añadiríamos fruta, yogur, queso, pan...  Y por supuesto no hay que olvidarse del agua para hidratarse. 


La comida es una de las pocas alegrías sólidas de la vida humana.  

Lin Yutang