A QUIÉN LE INCUMBE EL ESTRÉS LABORAL

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¿Qué es el estrés? la preparación para la huida ante una situación de peligro.  En verdad hay situaciones laborales de las que querríamos salir corriendo y no podemos.  Estudios recientes demuestran que el estrés es una de las principales causas de baja médica laboral.  No se puede mirar a otro lado, es necesario buscar soluciones. 
Las manifestaciones del estrés pueden ser muy variadas:  dolores de cabeza, dolores musculares, fatiga, dolor de espalda, etc.  Los motivos también pueden ser diversos. Lo único que está claro es que no es un problema del individuo y que los responsables de las empresas  deben tener en cuenta el factor estrés a la hora de organizar el trabajo.  Según la UE (directiva marco 89/391/CEE) son los empresarios los responsables de evitar los riesgos desde su origen y adaptar el puesto a la persona.  Por eso es su obligación planificar la prevención.  Sin embargo esta propuesta se considera no vinculante para los estados miembros, con lo cual no les obliga a dictar leyes al respecto dadas las diferentes condiciones de trabajo que se dan en ellos.

No es de extrañar que el empresario sea el responsable de la prevención del estrés, ya que el estrés en el trabajo está en relación con aspectos como son:

- Una mejor organización del trabajo.  La iniciativa de los trabajadores es importante, pero cabe recordar que corresponde a las empresas adoptar las medidas concretas para introducir los métodos más convenientes y eficaces para organizar el trabajo, con una participación adecuada de los trabajadores. El apoyo de la dirección es clave para el éxito de cualquier medida a implantar.
Suele ser un error frecuente en muchas empresas que la organización del trabajo se deja en manos de los propios trabajadores.  Se trata de una postura cómoda por parte de algunos directores, empresarios y responsables en general al pensar que deben dedicarse a tareas de mayor envergadura y que son los propios empleados los que deben distribuirse las tareas a realizar y su organización.

- La compatibilidad de la vida familiar y laboral.  El día tiene 24 h. Y en ese tiempo debemos sacar tiempo para trabajar, cuidar a nuestra familia, el ocio y dormir.  Lo ideal es la regla de los ochos:  8 horas de trabajo –8 horas para el ocio y la familia-8 horas para dormir.  Así dicho parece muy fácil, pero si uno debe permanecer en  el centro de trabajo de 8 de la mañana a 6 o 7 de la tarde es imposible seguir la regla de los ochos.  Es responsabilidad de la dirección “echar” a los trabajadores del centro de trabajo a una hora razonable.  En España arrastramos costumbres que empezaron en la posguerra, entonces era común tener un trabajo hasta las dos de la tarde, y otro después de comer.  Con los años la necesidad de tener dos trabajos fue disminuyendo, pero el sistema de trabajo siguió siendo el mismo, el trabajador continuaba trabajando todo el día aunque ahora en un solo puesto.  El principal responsable de un cambio de mentalidad en lo referente a la gestión del tiempo en el centro de trabajo es la dirección.

- Una formación adecuada.  Es clave para el buen funcionamiento de una empresa la promoción por parte de la dirección del aprendizaje permanente que permita a los trabajadores adaptar sus competencias a las necesidades productivas de la empresa en cada momento.  Esto también supone la prevención de un factor de estrés importante.

- La adaptación al puesto de trabajo.  Se debe tener en cuenta a la hora de introducir las nuevas tecnologías (programas informáticos nuevos, nuevos equipos, etc.) el riesgo de estrés que existe para los empleados y tomar las medidas de adaptación pertinentes. 

- La motivación de los trabajadores.  La motivación que un trabajador pueda tener cuando comienza a trabajar se puede esfumar en poco tiempo si el ambiente laboral y la organización de tareas no son los adecuados.  La dirección debe velar por la motivación de sus trabajadores ya que esta no es una característica inherente a la persona como algunos piensan.

- La salud del trabajador.  En último término debe ser el propio trabajador el que ejerza el control de su propia salud.  El empresario debe garantizar un entorno de trabajo adecuado con alternativas sanas que permitan el ejercicio de este derecho universal.    

Por desgracia en la empresa lo que más se estila es lo que dice el refrán:  "Te cuide tu padre, te cuide tu madre, si no te cuidas tú no te cuida nadie".  Creemos que situaciones habituales en el centro de trabajo aunque perjudiciales para la salud son normales.  Lo normal es que se cuide la salud de los trabajadores porque es bueno para ellos y para la empresa.  Ya se sabe, pero no se aplica, que los empleados son más productivos en un entorno de trabajo adecuado.  Por mucho que el trabajador mire por su salud si no existe una prevención adecuada por parte de la empresa el estrés puede aparecer en cualquier momento.