Sale caro ponerse enfermo

                        


En Europa el número de enfermos por causas laborales o cuyas enfermedades empeoraron en el trabajo fue de 23 millones en 2007. 
El coste que supone que los trabajadores enfermen puede ser sustancial para la empresa, el trabajador y la sociedad.

Los costes que suponen las bajas por enfermedad o accidente son de cinco tipos:
 
-    De productividad: porque el trabajador deja de producir.  Ello genera una serie de problemas para el equipo de trabajo.
-    De gastos en cuidados de salud, directos (gastos farmacéuticos) e indirectos (el cuidador del enfermo).
-    La perdida en calidad de vida:  el dolor físico y el sufrimiento tienen también un valor.  En este apartado también deberíamos incluir la marginación social que sufre la persona que no acude a trabajar por baja laboral.
-    Administrativos:  los trámites de partes de baja o pagos de la seguridad social.
-    Costes de aseguramiento.

¿Quiénes asumen estos costes?

-    Los trabajadores y su familia
-    Empleadores
-    Gobierno
-    La sociedad en general

Existen enfermedades que indirectamente están influenciadas por disfunciones existentes en la empresa.  Ocho o nueve horas sentado frente al ordenador, con luz artificial, excesiva electricidad estática, falta de humedad  y respirando el aire que sale del sistema de ventilación.  Esta es la situación a la que se enfrentan diariamente millones de personas durante su trabajo.  Las condiciones laborales se han modernizado, lo que ha supuesto un avance con las consiguientes mejoras, pero también se han favorecido aspectos negativos que afectan directamente a la salud del empleado. Problemas comunes, como trastornos músculo-esqueléticos, estrés, migrañas o alteraciones de la visión son trastornos que parecen estar relacionados con el entorno de la oficina.  "La patología de espalda es hoy la gran epidemia en el mundo laboral", señala Antonio Meléndez López, coordinador de Medicina del Trabajo en Andalucía.
Es necesario desarrollar y consolidar la cultura de la prevención en la oficina.  El trabajador debe ser consciente de la importancia de la mejora de su estado físico para evitar estos problemas o para mejorarlos. Hay pequeños hábitos que el trabajador puede adquirir como parpadear a menudo o mirar lejos periódicamente para evitar los problemas oculares, pero si el ambiente es excesivamente seco de poco servirá. 

Es responsabilidad de la dirección el que los trabajadores desarrollen su actividad en un entorno apropiado.  Tanto la sociedad como las empresas deberían sentirse responsables de la salud de sus trabajadores. Hay enfermedades que son inevitables, pero también hay muchas que se pueden prevenir y es obligación de todos hacerlo. 

Es necesario que la empresa sea consciente del gasto que supone el que un trabajador enferme y que tome las medidas necesarias para que aquellos factores (pausas, carga de trabajo, temperatura, humedad, mobiliario, etc.) que pueden producir indirectamente bajas laborales sean los apropiados para conservar la salud de sus empleados.

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