LA IMPORTANCIA DE UNA BUENA LUZ

                                          

Las vacaciones han terminado. Tras largas horas al aire libre, el disfrute del sol, el contacto con la naturaleza...  la vuelta a la oficina  es dura para todos.  Para algunos de nosotros la vuelta es especialmente dura si en nuestro cubículo no disponemos de luz natural

La luz artificial se compone de  luz visible, de radiaciones infrarrojas (IR) y ultravioletas (UV).  Sabemos que una exposición excesiva a los rayos UV puede resultar perjudicial.  Se le ha dado suficiente publicidad al riesgo de padecer cáncer de piel.  Sin embargo lo que no todos conocen son los riesgos para la salud de una insuficiente exposición de radiación UV.  Veamos algunos de estos riesgos.

La vitamina D3 necesaria para la absorción de calcio, importante para el buen estado de nuestros huesos, se produce en la piel de forma natural tras la exposición a los rayos UV del sol.  Aunque las lámparas utilizadas para iluminar nuestra oficina pueden producir radiaciones UV en diferente medida (excepto las lámparas LED) esta radiación no llega a cubrir las necesidades de vitamina D del organismo.  La falta de vitamina D procedente del sol podemos compensarla a través de la dieta, bien con una mayor ingesta de pescados azules o mediante un suplemento de vitamina D.

Otro aspecto a tener en cuenta en la iluminación en nuestro centro de trabajo es la alteración del reloj biológico humano y del sistema hormonal, que puede llegar a  causar problemas de salud.  La melatonina es una hormona producida por la glándula pineal y que se encuentra de forma natural en el cuerpo.  El papel principal de la melatonina es el de regular los ciclos de día y de noche o los ciclos de sueño-vigilia.  La oscuridad hace que el cuerpo produzca más melatonina, lo que le da la señal al cuerpo para que se prepare para dormir. La luz disminuye la producción de melatonina lo que le da la señal al cuerpo para que se prepare para estar despierto.  También se puede encontrar como fórmula farmacéutica  para ayudar a establecer un ciclo de día y noche en personas ciegas o ayudar a los viajeros a recuperarse del “jet lag”.  Algunas personas que tienen problemas para dormir tienen bajos niveles de melatonina. Se piensa que tomar suplementos de melatonina podría ayudarles a dormir. 
Se cree que la exposición a la luz por la noche durante las horas de vigilia, como sucede en los trabajos por turnos, podría llevar consigo un mayor riesgo de contraer cáncer de mama, provocar problemas de sueño y gastrointestinales, así como cambios de humor y trastornos cardiovasculares
Lo saludable sería que nuestro cuerpo estuviese expuesto a la luz natural o a su ausencia, sin embargo desde la existencia de la luz artificial todos nosotros en alguna manera alteramos ese ciclo.  Anochece y encendemos la luz para seguir nuestra actividad como si nada.  Nos despertamos de noche y encendemos la luz.  Numerosos autores han sugerido que esta alteración del ritmo natural de vigilia y sueño puede influir en la presencia de cirtas enfermedades (Bass y Takahashi 2010, Boyce y Barriball 2010, Frost y al. 2009, Haus y Smolensky 2006, IARC 2010, Kvaskoff y Weinstein 2010, Mahoney 2010, Poole y al. 2011, Rana y Mahmood 2010, Stevens y al.  2007).  Las consecuencias son difíciles de establecer dado que en mayor o menor medida todos estamos expuestos a estas alteraciones.  Los estudios realizados parecen apuntar a que los efectos pueden jugar un importante papel en el desarrollo de diversos tipos de cáncer (de mama, próstata, de endometrio, de ovario, colo-rectal, piel y melanomas), alteraciones cardiovasculares, reproductivas, endometriosis, problemas gastrointestinales y digestivos, diabetes, obesidad, depresión, alteraciones del sueño y problemas de atención.  

De entre todas estas enfermedades de la que se tienen evidencias es sobre la frecuencia de cáncer de mama en trabajadoras con horario a turnos.  Estas mujeres presentan un riesgo mayor de padecer este tipo de cáncer debido a los bajos niveles de melatonina de su organismo (Travis y al. 2004 y Schernhammer y Hankinson 2005).  Este riesgo no afecta sólo a las trabajadoras a turnos, también existen evidencias (Kloog y al. 2010) de un incremento de presencia de cáncer de mama en aquellas mujeres que acostumbran a mantener niveles de iluminación elevados en el dormitorio durante la noche.

Otro aspecto a tener en cuenta es la "temperatura de color". Los tubos fluorescentes, al igual que las bombillas de bajo consumo, se fabrican en muchas tonalidades, a esto se le denomina "temperatura de color" (ya que se mide en grados Kelvin). Cuanto más alta sea la "temperatura de color", más azulada será la luz que de el tubo y, por el contrario, cuanto más baja sea, más amarillenta dará la luz.  Recientes experimentos han demostrado la influencia de la luz azulada en la inducción del sueño (Mottram y al. 2011).  Se compararon los efectos de la exposición a luz de 17.000 ºK (luz azul) y 5.000 ºK (luz blanca) a un grupo de trabajadores de una estación de la Antártida que no contaban con luz natural.  Los resultados indicaron que las personas expuestas a la luz azul tenían unos ciclos circadianos más parecidos a los inducidos por la luz natural que los expuestos a la luz blanca.

Son muchos los aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de planificar los espacios de trabajo. Pasamos muchas horas en la oficina como para conformarnos con una mesa y una silla.  Unas condiciones de trabajo inapropiadas suponen mucho más que la simple incomodidad para los trabajadores.  Cada vez más estudios demuestran la influencia de factores ambientales en el desarrollo de enfermedades de todo tipo.  La aplicación de los conocimientos adquiridos a la vida diaria es responsabilidad de todos.
 

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