SÉ POSITIVO

Tradicionalmente la psicología se ocupaba de los estados patológicos del individuo.  Hoy en día existe la psicología positiva que es aquella que se centra en el desarrollo de fortalezas personales como son:

- El optimismo,
- La creatividad,
- La esperanza,
- La responsabilidad,
- Todo aquello con lo que disfrutamos.

Esta nueva rama de la psicología puede sernos útil a los trabajadores.  Los tiempos han cambiado y si antiguamente solo se esperaba de los trabajadores que no se ausentasen a menudo y que cumpliesen con sus tareas sin protestar. Hoy en día se confía en que los empleados muestren iniciativa, sepan trabajar en equipo, tomen responsabilidades, en muchas ocasiones por encima de su categoría,cumplan con unos criterios de calidad establecidos.
Hasta la aparición de la psicología positiva parecía como si en el entorno laboral sólo hubiese que tratar a aquellos trabajadores aquejados de estrés y otras patologías.
¿Por qué esperar a que las personas estén al borde de un ataque de nervios?
Lo ideal en cualquier organización no es esperar a que las cosas vayan mal para poner remedio, que era la misión de la psicología tradicional, sino fomentar los comportamientos cívicos de las personas que forman parte las organizaciones. 
El reconocer las fortalezas del individuo y de la organización puede ser vital para evitar posibles trastornos psicológicos.  Y es que en una sociedad en continuo cambio gracias al desarrollo tecnológico se necesita cuidar de la salud de los empleados que son los que hacen frente a nuevos problemas y a nuevas situaciones.
El experimentar satisfacción, bienestar y gozo debe ser el reto al que dirigirnos en cada momento y para ello no se trata tanto de proponernos grandes metas y participar en poderosos proyectos, sino de experimentar placer con lo cotidiano tratando de disfrutar con la ejecución de nuestras tareas diarias.
Los mejores momentos se experimentan cuando una persona se entrega voluntariamente en cuerpo y alma a esforzarse por conseguir algo que vale la pena.  La percepción de valor que cada uno da a las cosas es fundamental. Las cosas no son valiosas objetivamente, ni son importantes en sentido absoluto, sino que nosotros les atribuimos valor (Csikszentmihalyi, 1991)-
Experimentar emociones positivas como son alegría, orgullo, amor, interés, estar contento, etc. tienen efectos beneficiosos tanto para la persona (a la que van a falicitarle el desarrollo de sus capacidades), como para el grupo y la organización, ya que las emociones positivas se comparten (por desgracia también las negativas).
Así pues, si nos sentimos alegres, esta emoción que normalmente se tiene en contextos familiares o confiados, requiere bajo esfuerzo y tiene evidentes manifestaciones faciales y corporales y aparece en muchos casos como consecuencia del logro de objetivos, nos genera el impulso de actuar, no sólo física y socialmente, sino también intelectual y artísticamente. Debido a estas características la alegría es una emoción muy valorada en el ambiente laboral, ya que su tendencia de respuesta más común es la acción. Otra emoción importante es el interés dado que aumenta el impulso por explorar, obtener información y obtener nuevas experiencias. También es útil el orgullo que suele suceder a un logro y que impulsa a compartir los resultados con otros.
Por lo tanto el hecho de experimentar emociones positivas va a tener una serie de consecuencias favorables para ti y para los que te rodean en casa y en el trabajo (Aspinwall, 2001):
- Permiten experimentar patrones de comportamiento mas flexibles, creativos, abiertos hacia la información y eficientes.
- Aumentan el bienestar psicológico y físico y son un recurso para compensar los efectos nocivos de las emociones negativas. 
- Facilitan la adaptación a la adversidad y esta adaptación supone satisfacción, la cual favorece más emociones positivas dando lugar a una espiral positiva. 

Existen unas características de vida que nos pueden llevar a experimentar emociones positivas.  Veamos  cuales son, por orden alfabético, las características de la vida positiva según Seligman y colaboradores (1999):
- Amor e intimidad,
- Auto-regulación de la conducta,
- Ayuda a otros (altruismo),
- Bienestar subjetivo,
- Conocimiento y comprensión de áreas de la vida ‘fuera’ de uno mismo (Coraje),
- Creatividad,
- Espiritualidad,
- Gusto estético,
- Individualidad,
- Integridad (ética),
- Juego,
- Liderazgo,
- Mentalidad de futuro,
- Sabiduría,
- Ser un buen ciudadano,
- Trabajo satisfactorio.

Introducir el positivismo en nuestra vida cotidiana y laboral nos llevará a tener una vida más larga y feliz.
Los principales impulsores de la psicología positiva son:  Martin Seligman y Mihail Czikszentmihalyi, editores del número especial sobre Psicología Positiva de la revista American Psychologist de junio de 2000.

Libro: “Psicología de la organización” de Francisco José Palací Descals.

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