Cómo se debería actuar ante el absentismo



A la hora de hablar del absentismo laboral hay que tener en cuenta consideraciones legales ya que existen leyes que regulan aspectos relativos a enfermedad, maternidad, muerte de un familiar y otros motivos de ausencia del puesto de trabajo. Sin embargo, la empresa no debe restringirse a aplicar leyes sin más, el hecho de que el trabajador se sienta comprendido y apoyado ante circunstancias adversas de su vida es fundamental para su bienestar laboral.  El ser claro y utilizar el sentido común en estas circunstancias va a beneficiar la eficiencia del trabajador y por lo tanto la productividad de la empresa.    Hablar de legislación concreta no viene a cuento pues existen multitud de convenios diferentes.  Cuando hablo de sentido común me refiero a flexibilidad ante acontecimientos puntuales que puede que no se encuentren legislados.

El que un trabajador se ponga enfermo de vez en cuando es algo normal.  El sentimiento de un empleado enfermo suele ser de fastidio por la ausencia de salud y también por dejar tirados a los compañeros.  Los jefes suelen mostrar empatía por sus empleados en estas circunstancias.

Las causas de ausencia pueden ser varias:  una enfermedad corta, una enfermedad larga, enfermedad corta que se repite a lo largo del tiempo u otros motivos que no sean enfermedad.

Las causas de una enfermedad se pueden deber a una condición física inadecuada del trabajador, problemas mentales, entorno de trabajo inadecuado con riesgos físicos, de estrés, acoso laboral... y a problemas familiares o emocionales.  También puede ocurrir que la enfermedad venga provocada por la combinación de todos estos factores.

Es responsabilidad de la dirección hablar con los empleados a la vuelta de una enfermedad para conocer su evolución y en los casos en los que el entorno laboral sea un factor desencadenante poder aplicar los protocolos establecidos por las normas de prevención de riesgos en el trabajo.  El apoyo de la empresa debe ser especialmente visible en aquellas cusas de absentismo no contempladas por la ley.  Un empleado al que se le da la oportunidad de ausentarse cuando lo necesite seguro que responderá con mayor fidelidad hacia la empresa

En trabajos especialmente duros es también importante que la empresa permita la incorporación gradual al puesto de trabajo tras la vuelta de una enfermedad.  Se podría pensar incluso en la realización de otro trabajo durante un tiempo de transición.

El contacto entre el empleado ausente y la empresa es importante para ambas partes.  La empresa puede conocer así la evolución de la situación y hacer frente a los problemas de organización que puedan surgir.  El trabajador permanecerá así informado de sus derechos y posibles prerrogativas.  El contacto telefónico es útil también para detectar ausencias injustificadas que pueden ser objeto de sanción.  En este aspecto el trabajador debe ser razonable y entender que su ausencia es un contratiempo para el empresario y que mantenerlo informado es también su obligación.

Ante una larga enfermedad el contacto se debe restringir al mínimo ya que la recuperación está en manos del médico y el enfermo debe centrarse en su bienestar sin sentirse presionado.  Si se necesita conocer una posible fecha de recuperación será la empresa la que se ponga en contacto con el médico de empresa para tener conocimiento de su evolución.  Esto último siempre que sea posible sin violar la intimidad de la persona.  En los casos en los que se piense en prescindir del trabajador debido a la distorsión que provoca su ausencia se debe pensar primero en otras alternativas:  un tiempo parcial, jornada flexible, tele-trabajo...  No estoy hablando de crear un puesto de trabajo pensado para él/ella, pero sí en darle la oportunidad de seguir desarrollando su labor dentro de sus posibilidades. 

En cualquiera de las situaciones vistas hay que pensar que los trabajadores no son máquinas y que la gestión de personas requiere un cierto grado de empatía.  En último término hay que pensar que el conseguir que los trabajadores se sientan comprendidos redunda en beneficio de la empresa. 

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