IR AL WC EN EL TRABAJO

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1. Ningún contacto visual
2. Ninguna conversación
3. Ningún contacto físico
4. Ninguna emoción
5. Ninguna culpabilidad
6. Ninguna excusa

Estas son las seis reglas de oro de Tom Hyatt a respetar en los servicios del centro de trabajo.  Hoy en día se establecen normas a seguir prácticamente para todo y el acudir al wc en la oficina no podía ser menos.  Las reglas están extraídas de “Cómo hacer caca en el trabajo” de Mats and Enzo, un libro necesario a la par que simpático porque hay muchas cosas que nunca experimentaremos, pero sentir un apretón en la oficina es de lo más común.  Un libro que ha tenido un éxito sin precedentes tanto en Francia como en Estados Unidos. Todos quieren saber cuál es el arte de ir al baño en la oficina y los peligros que hay que evitar. Existe una multitud de libros que te asesoran para mejorar en el mundo laboral, pero ninguno de ellos te explica cómo ir al baño y hacer caca con total serenidad y armonía sin poner en peligro tu carrera. 

Y es que cuando hasta un filosofo chino como es Lin Yutang escribió que la felicidad es principalmente cuestión del movimiento de los intestinos por algo será. De modo que no está de más leer este práctico manual que trata todos los problemas relacionados con el hecho de acudir al baño, los dramas que pueden surgir en plena operación y los no menos cruciales conflictos que se plantean en la retirada hacia el escritorio.

Los problemas que se pueden presentar son muchos, entre los que podríamos citar:

-    Que no puedas controlar cuándo defecar y debas hacerlo asiduamente en la oficina con lo cual este libro puede serte de gran utilidad.
-    Que el baño esté frecuentadísimo.
-    Que la taza tenga la pared casi horizontal y debas utilizar la escobilla.
-    Que la limpiadora bloquee la entrada.
-    Que te cruces con tu enamorada/o al salir del baño.
-    Que no haya papel higiénico.
...

Los problemas están ahí y no son pocos.  No se puede hacer nada al respecto, cada visita al retrete es un nuevo reto.  Además puede estar en juego tu reputación. Has hecho mucho ruido, tienes diarrea, sales sofocado porque estás estreñido, ¡huele mal!, la señora de la limpieza está limpiando, tu jefe está lavándose las manos, el baño consiste en una pared abierta por arriba y por abajo con lo cual no existe intimidad ninguna...
Y eso no es lo peor. ¿Y si después de que Obama salga por la Casa Blanca te encuentras con que no hay escobilla? O que la cisterna no funciona... O que aquello se desborda... ¿Y si llaman a la puerta? Bueno, pues de eso se trata, de salvar el pellejo. Sortearás con la cabeza bien alta y con la mayor dignidad las 58 situaciones más dramáticas que se pueden encontrar en los baños de cualquier oficina del mundo. Un libro hecho con mucho humor para lo dramático de la situación.

Dado que como dice el refrán “Caga el rey, caga el Papa y sin cagar nadie pasa”  existen multitud de consejos útiles recopilados de la experiencia de todos los trabajadores del mundo:

·   Lleva contigo un aromatizador en miniatura si necesitas usar un baño que ocuparán poco después otras personas.
·    Acostúmbrate a llevar en el bolso un paquete de pañuelos desechables, unas tiras de papel de baño, o en el último de los casos una hoja de periódico, para que puedas usarlos en caso de emergencia.
·    Si realmente necesitas ir y no tienes ninguna manera de disimular el olor en el baño, tira de la cadena lo antes posible. Mientras más estén tus desechos flotando en el agua más se esparcirá el olor por la habitación.
·    Intenta usar el baño menos concurrido. Si estás en tu casa, puedes buscar una excusa para ir al piso de arriba y alejarte de tus invitados; si estás en un lugar público, intenta buscar un baño alejado de la zona más frecuentada del edificio, o quizá uno para usuarios de sillas de ruedas (sólo si nadie más lo va a usar en ese momento).
·    Cuando te sientes en el baño, primero tira un trozo de papel extendido al fondo del retrete: hace que tu excremento aterrice con menos fuerza y evita que el agua salpique tu trasero.  Además previene de tener que limpiar un exceso de desechos con la escobilla.

Si cae en tus manos el libro citado podrás conocer además problemas concretos como por ejemplo:  La persona con la que estás citado está a punto de llegar y tú tienes unas ganas locas de evacuar.  Las soluciones que propone son ocurrentes, en el caso visto tienes que llamar a la persona que esperas con número oculto y decirle que se mantenga a la espera que van a comprobar si hizo una llamada a las islas Fiyi por valor de 1492,65 euros. Y te vas tan tranquilo al servicio a hacer lo que tengas que hacer mientras repites de vez en cuando eso de “No cuelgue le va a atender un agente”. Al final le confirmas que se le ha cargado la llamada y te quedas tan pichi dejando al interlocutor hundido de cara a la reunión.  Además para cada problema se expone la opinión del experto y un testimonio de alguien que lo llevó a la práctica.

En efecto parecen soluciones un pelín drásticas pero es que como decía el Director de un colegio americano en su discurso de inicio de curso ante los alumnos "En definitiva si se mueven los intestinos, se es feliz, y si no se mueven, se es desgraciado".  No hay nada más que decir.