¿Nos influye el entorno de trabajo?

                       

Cuando estamos con personas que nos motivan o en un lugar que nos resulta relajante querríamos permanecer y empaparnos de sus efectos beneficiosos.  Sin embargo, cuando nos encontramos sumergidos entre ignorantes, mala gente o en condiciones ambientales poco adecuadas intentamos aislarnos porque creemos que de este modo las influencias negativas no nos afectarán.  Resulta triste decirlo pero el hecho es que aislarse por completo es imposible y el entorno sea favorable o desfavorable nos influye.
Cuando el entorno es desfavorable, por mucho que rememos queriendo rendir más gracias a nuestra voluntad, el ambiente funcionará como si fuesen olas de cuatro metros que nos frenan.  En cambio, si el entorno es favorable las olas nos empujarán suavemente hacia nuestro objetivo casi sin remar.

¿Qué factores del entorno nos influyen?

Espacio:  Si nos referimos al lugar en el que vivimos hay que tener en cuenta el ruido, la luz y la vista entre otros.  Si hablamos de la oficina, la luz, la temperatura o el mobiliario nos influirán de algún modo.
 
Personas:  el vecindario, los compañeros, los jefes, la familia o los amigos nos acompañan a lo largo de nuestra trayectoria personal y, de algún modo, van a determinar nuestro comportamiento, nuestros logros o nuestra felicidad.

¿Cómo nos influye el entorno?

De muchas maneras:

- Nos anima o nos deprime
- Nos inspira o nos envenena
- Nos impulsa o nos hunde

También hay  entornos que ni animan ni deprimen, si te encuentras en esta tesitura te puedes consolar pensando que no es tan malo como un ambiente envenenado, pero si vas un poco más allá concluirás que mejor estar en un lugar y con personas que te motiven para conseguir tu bien emocional.  Lo que es seguro es que no puedes permanecer ajeno a las influencias externas por mucho que te empeñes en ello.  Existen personas y lugares que te absorben la energía y te provocan un debilitamiento progresivo. 

Debemos acostumbrarnos a prestar mucha atención a todo lo que nos rodea.  Una casa llena de objetos inútiles también puede debilitarnos.  Aunque vivamos en un piso pequeño es importante liberar la mayor parte del espacio posible, menos cosas permiten mayor claridad de ideas, luz y orden son positivas para la mente.  Dejar entrar en nuestra vivienda sólo aquellos y aquello que de verdad nos interese o necesitemos.    
Si el espacio es visible y evidente, no así la influencia de las personas que nos acompañan.  Las personas que nos influyen de un modo positivo son aquellas que sonríen, no son quejicas, no se hacen las víctimas, se motivan a sí mismas, son positivas en la adversidad, tienen sentido común, aprenden y enseñan.  ¿Quieres ser feliz? Arrímate instintivamente a este tipo de personas, huye del mezquino, del negativo, del envidioso, del egoísta...  Parece que si alguno de estos individuos se mete en nuestros círculos de familia, compañeros o amigos tenemos la obligación de estar con ellos porque sí.  No podemos evitar que un compañero de trabajo sea tal, pero sí podemos neutralizar sus efectos negativos sobre nosotros.  Apártate de ellos, busca la influencia positiva por ti mismo.  Si no lo haces corres el peligro de acabar pareciéndote a las personas que más tratas y no te convienen.
Cuando nos apartamos de una persona cuya influencia es negativa no debemos sentirnos obligados por el hecho de que haya formado parte de nuestra vida desde tiempo atrás, ¿se siente obligada una pareja que se separa a seguir viéndose? No, la relación se acabó y punto.  Si alguien no nos conviene hay que apartarse gradualmente y dejar sitio para nuevas compañías.  No se trata de comenzar a odiar a una persona sino de dejar de frecuentarla como solías.  Cuida tu compañía como cuidas las compañías de tus hijos, no sólo los adolescentes son influenciables.

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