DOLOR DE ESPALDA

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Los que trabajamos en una oficina no estamos exentos de riesgos en nuestro trabajo. Malas posturas o movimientos repetitivos afectan a músculos, articulaciones, tendones, ligamentos, huesos y nervios con las consecuentes molestias.
Si se lleva ya un tiempo trabajando no es extraño comenzar a sentir dolores.  El dolor afecta a espalda, cuello, hombros y brazos, también puede aparecer dolor en las piernas aunque es menos común.  Incluso si está empezando a trabajar no está libre de tener un accidente que le produzca una fractura o dislocación.

Al principio se siente una ligera incomodidad, pequeños dolores hasta que un buen día no te queda más remedio que acudir al médico.  Una vez que el dolor se vuelve crónico los tratamientos no suelen producir la recuperación, lo que puede llevar a una invalidez o a la perdida de empleo.

Sin embargo, no hay que desesperarse, los trastornos músculo esqueléticos, que es como se llama a estas dolencias, se pueden prevenir.  Hay que tener presente los siguientes principios:

1. Analizar cómo las posturas o tareas que realizamos a diario pueden afectar a nuestra salud.
2. Según el puesto de trabajo aplicar las medidas preventivas adecuadas.
3. Las acciones del punto 1 y 2 deben de revisarse y actualizarse regularmente.
 
No sólo se trata de un problema de salud sino también económico.  Los medicamentos cuestan dinero, el estar de baja también supone una disminución en los ingresos del trabajador, la rehabilitación no siempre está cubierta por la Seguridad Social...  Desde el punto de vista del empresario el tener a los trabajadores enfermos le supone una perdida de productividad y por lo tanto de ingresos.  Para la sociedad supone un incremento del gasto en Seguridad Social.

Las estadísticas demuestran que los trastornos músculo esqueléticos son un problema de salud de importancia considerable entre la población trabajadora europea:

- Un 25% de trabajadores europeos presentan dolor de espalda y un 23% dolores musculares.
- Un 62% de los trabajadores están expuestos, al menos una cuarta parte de la jornada, a movimientos repetitivos, un 46% a posiciones forzadas y un 35% mueve cargas pesadas.
- Agricultura y construcción son los sectores más expuestos a estas dolencias.

Se debe tomar especial precaución si se realiza alguno de los siguiente esfuerzos:

·    Usar la fuerza:  levantar, cargar, tirar, empujar...
·    Movimientos repetitivos: teclear, pintar...
·   Posturas estáticas forzadas:  permanecer largo tiempo de pie o sentado, trabajar con las manos por encima de los hombros...
·    Utilizar utensilios que requieran realizar presión.
·    Estar sometidos a vibraciones.
·    Trabajar en ambientes muy fríos.

La empresa también debe tener en cuenta a la hora de organizar a sus trabajadores que existen ciertos puestos que representan un mayor riesgo :

·    Trabajos de demasiada demanda (camareros)
·    Puestos en los que el trabajador no tiene el control de la situación (operadores telefónicos)
·    La baja satisfacción laboral de ciertas labores
·    Trabajos repetitivos (operadores de máquinas)
·    Trabajos de un ritmo elevado
·    El disponer de poco tiempo para la realización de tareas
·    Ausencia de apoyo por parte de colegas y jefes.

A nivel individual uno mismo debe evaluar las características personales que le van a hacer más o menos susceptible de sufrir problemas musculares:

·    Historia médica
·    Capacidad física
·    Edad
·    Fumador o no
·    Obesidad

Cualquier persona está expuesta a sufrir dolores músculo esqueléticos.  Sin embargo, un trabajador con más edad presenta un riesgo mayor de presentar problemas musculares que uno joven.  Las mujeres son más susceptibles de padecer afecciones en los miembros superiores debido al trabajo que desarrollan.  Trabajadores en precario están también más expuestos a los trabajos repetitivos y a posturas forzadas en su puesto. 

Para evitar estos problemas de salud de los oficinistas hay ciertas medidas que se deben tomar:

1.    Utilizar mobiliario de diseño ergonómico.
2.    Entrenar a los trabajadores para que no adopten posturas que les perjudiquen.
3.   No cargar al empleado con tareas repetitivas que se mantienen a lo largo del tiempo.
4.    Programar adecuadamente los descansos para no sobrecargar al trabajador.
 
Debemos aprender a cuidarnos para evitar males mayores.  A la larga un poco de egoismo y pensar en uno mismo nos beneficia a todos.