El trabajo en equipo

                                               
 
Cuando hablamos de trabajo en equipo se nos viene a la mente a un grupo de personas alrededor de una mesa resolviendo un problema.  En ocasiones el trabajo en equipo es así, como por ejemplo un grupo de guionistas escribiendo un capítulo para una serie de televisión.  Uno de ellos puede decir:  “Entonces la chica pierde el tren”, el otro continúa “y encuentra a un antiguo novio en el andén” etc.  Imaginarse esa forma de trabajar codo con codo mola mucho.  Sin embargo el trabajo en equipo no siempre es así.  Existen algunas ideas preconcebidas, equivocadas sobre el trabajo en equipo, como por ejemplo el creer que si estás trabajando en equipo tienes que estar comunicando continuamente tus logros, dudas, sugerencias, etc. al resto de compañeros.  Nada más equivocado.  El silencio en el trabajo, como en otros aspectos de la vida, es un don muy preciado y muy escaso. No digamos hoy en día en que gracias a móviles, ordenadores, teléfonos fijos, faxes... nos bombardean con mensajes útiles e inútiles a todas horas. Como iba diciendo aunque se trabaje junto a otras personas hay que determinar claramente qué momentos son de intercambio de información y cuáles de concentración en las tareas a realizar.  El continuo parloteo es una fuente de estrés adicional.  Si ya hay otras fuentes de estrés como son plazos, responsabilidades, errores, jefes... que no se pueden obviar, la posibilidad de trabajar con un cierto nivel de silencio debería de ser obligatorio por ley.  En cambio con lo que nos solemos encontrar por desgracia es la siguiente situación: Ana intenta terminar su informe sobre el sobrecoste de la última obra realizada de lo que depende que el contratista vuelva a contar con su empresa, Juan pasa a su lado y le comenta que ha sido una faena que se lo encargasen a ella, Carmen le llama para decirle que cuando quiera puede pasar a buscar el certificado que le pidió hace un mes, Luís viene a preguntarle si va a aportar dinero para la despedida de Vicki, su jefe le recuerda que quedan sólo dos días de plazo para entregar el dichoso informe y podría seguir así indefinidamente.  Resumiendo ¡¡¡¡ASÍ NO SE PUEDE TRABAJAR!!!!.  Parece que nadie se percata de ello ya que todos actuamos del mismo modo, cuando vemos a alguien concentrado en su tarea le interrumpimos innecesariamente todas las veces que nos viene en gana.
Siempre me ha llamado la atención que en las películas americanas los oficinistas de un departamento, a pesar de estar todos juntos en la misma sala, aparecen separados entre sí por biombos que marcan el perimetro que pertenece a cada uno y que actúan de un modo intimidatorio hacia los que intentan acercarse, recordando que la persona que está ahí dentro necesita un espacio propio a pesar de estar trabajando junto a otros individuos.
Pero no es este el único aspecto en el que resulta mal interpretado el trabajo en equipo.  Existen trabajos en equipo que no son considerados como tal con el consecuente descalabro en el resultado.  Un ejemplo que viene ahora muy a cuento puesto que muchos de nosotros tenemos hijas/os que se han presentado a la selectividad, es el trabajo realizado por los profesores que les han dado clase durante el bachiller.  De nada habrá servido que el profesor de inglés haya puesto toda la carne en el asador a la hora de preparar a sus alumnos si la profesora de química ha ido a su bola sin ceñirse al temario.  Cada uno de estos profesores cree que está enseñando su asignatura, pero lo cierto es que entre todos están preparando a los alumnos para que saquen la mejor nota posible (ya sé que debería ser para aprender pero eso es otro tema) en una prueba con diversas asignaturas.  Puedo imaginarme la frustración del profesor que de verdad ha puesto interés y se ha esforzado si al final un 10 en su asignatura y un suspenso en otras no han llevado al alumno a obtener su objetivo.  En este caso el trabajo en equipo consiste en que cada profesor aporte lo mejor de sí mismo para lograr un objetivo común, que sus alumnos puedan obtener suficiente nota para realizar los estudios que deseen.  De ahí que la importancia de contar con un buen equipo no siempre consiste en tener personas que trabajen codo con codo, sino en tener individuos que aporten lo mejor de sí mismos para obtener un objetivo común. 

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