LA VUELTA TRAS LAS VACACIONES

 

La vuelta al trabajo tras las vacaciones siempre es dura. Para colmo, con los años, el tiempo pasa volando y ya ni las vacaciones cunden.  El día antes de volver al curro se duerme mal, se está ansioso y con el cuerpo en guardia en espera de un acontecimiento.  Es curioso que nos sintamos así porque en el momento que llegamos a la oficina comprobamos que nada ha cambiado.  Así es, tantos nervios para nada.  Nuestro trabajo sigue igual que el día en el que nos fuimos.  En un mes de vacaciones (para el afortunado que tenga un mes) se pueden experimentar muchos cambios:  te relajas, piensas en las cosas de la vida, te pones más moreno, engordas gracias a la buena vida o adelgazas gracias al ejercicio, te da tiempo incluso a leer varios libros que amplían tus horizontes, convives más con la familia y los amigos, con los que siempre puedes intercambiar puntos de vista...  Son quizás todas estas vivencias lo que te generan unas expectativas equivocadas.  De golpe y porrazo vuelves al trabajo, a la inmovilidad, al siempre todo igual.

Tengas el trabajo que tengas los mismos problemas se repiten hasta la saciedad, es como si entrases en un circulo vicioso del que nunca sales.  Los compañeros tampoco cambian y mucho menos los jefes, ya no digamos los alumnos, clientes, pacientes...  El primer minuto en tu puesto de trabajo te demuestra que los siguientes meses seguirán siendo igual que los anteriores al periodo vacacional.  Tú puede que hayas cambiado pero tu entorno de trabajo sigue igual y poco a poco tu irás volviendo a tu estado natural de trabajador.  Si habías adelgazado en las vacaciones volverás a engordar, perderás el moreno y se te olvidarán todas esas buenas ideas que tuviste mirando la puesta de sol.
La ansiedad previa a la vuelta de las vacaciones te prepara para unos cambios que no existen.  En parte la ausencia de cambios te permite relajarte pero es una pena que toda esa energía con la que te recargaste se pierda en unos días para volver poco a poco a la rutina.  Y es que la experiencia te va enseñando lo inamovible que son las organizaciones.
¡Ah!, se me olvidaba mencionar todas las ilusiones que pusiste en los boletos de loterías varias (bonoloto, primitiva, gordo, once, euromillón, etc.) que adquiríste durante las vacaciones.  Ahí se te va la única esperanza que tenías de romper con la rutina y así conseguir llevar a buen término todas esas ideas que tan fácilmente anidan en tu cabeza tumbado en una hamaca, bajo una sombrilla, tomando un mojito.

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