PERROS Y GATOS

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Una compañera de trabajo me comenta que va a llevar a su gato a hacer un escáner y que deben enviar los resultados a Madrid para tener un diagnóstico y ver si se puede operar.  Voy a la playa y tengo que ir esquivando a los perros que se abalanzan a mi paso, sus dueños charlan juntos sobre sus mascotas: a este le han cambiado el pienso, el otros está deprimido, aquel tiene un soplo, el de más allá tiene que volver a la peluquería...
Voy caminando por la calle y una señora detrás de mí grita -¡¡¡¡María José!!!!, no llama a su amiga, es su perra.  Un poco más allá  otra señora le explica en un tono calmado a su perro el perjuicio que le causa su desobediencia, yo soy más contundente con mis hijas cuando se lo digo que esta buena mujer con su perro.  Una amiga me dice que le van a dar un gato, para saber si su casa cumple con las condiciones adecuadas la dueña de la madre del gato va a ir a hacer una inspección.  Un tio de mi marido nos deja unos días a su perro para que se lo cuidemos y debemos de tomar precauciones porque es diabético.  Hace unos años el hablar en estos términos de perros y gatos era impensable.  Pienso que esta curiosa relación con las mascotas tiene que ser un fenómeno local, pero me siento a ver mi serie favorita “The middle” (lo siento, no han traducido el título, otra moda reciente) y observo perpleja que en esta serie americana el perro tiene efisema pulmonar, le ponen parches de nicotina, dado que su dueña quiere dejar de fumar y el perro está acostumbrado al humo, y además lleva pañales porque ya está mayor y no puede contener la orina.  El fenómeno no es local.  
  Hace unos años aquellos que habían estudiado veterinaria eran unos privilegiados si conseguían un puesto en Sanidad, ya que eso significaba tener un sueldo fijo.  Muchos veterinarios se especializaron en la industria alimentaria para poder trabajar.  Aquellos que vivían en zonas rurales y se dedicaban a vacunar a los animales de granja también tenían trabajo.  El tener una consulta de mascotas suponía poner unas cuantas vacunas a los perros y de eso no se podía vivir.  Hoy el tener una de estas consultas es una fuente de ingresos inagotable.  A las mascotas se les hace analítica, se les opera, se les medica, se les corta el pelo... Existen razas a las que les hemos deformado de tal forma el cuerpo que los pobres sufren numerosas dolencias. Así el bulldog francés, como es muy chato, presenta problemas respiratorios y debido a la separación de sus patas padece de la columna.  Esto le supone a los dueños de estos ejemplares continuas visitas al veterinario.
  Otra explicación a gran parte de los problemas de salud que presentan hoy en día los perros es su alimentación.  Es conveniente que coman piensos para que hagan unas heces duras que se puedan recoger.  Estos piensos están elaborados con restos de otros animales y no es lo más recomendable para ellos, aunque sí lo es para nosotros.
  La sociedad evoluciona y los que ya hemos vivido algún tiempo nos extrañamos del rumbo que lleva.  Hace veinte años un perro tenía un nombre corto y sonoro para que obedeciese rápido, comía lo mismo que el resto de la familia y se moría de viejo o de una inyección letal en caso de enfermar.  Los dueños justifican todas las excentricidades que en la actualidad vuelcan en sus mascotas porque dicen se les coge cariño. Yo no creo que se les quisiese menos antes, a pesar de que se les tratase más como a animales que como a personas.  Claro que excentricidades con las mascotas siempre ha habido, ya los faraones en el antiguo Egipto las momificaban para poder encontrarse con ellas en el más allá.