YO Y YO

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Espejito_espejito

Llega un día en el que te miras en el espejo y ves quién eres.  Esto es lo que está pasando en España.  Hasta hoy, tras unas elecciones generales, el partido político mayoritario formaba Gobierno.  Tras las últimas elecciones las cosas no han funcionado igual.  Los políticos españoles tienen que ponerse de acuerdo para gobernar y no lo hacen. España se despierta cada mañana con la misma noticia, cada uno de los políticos sólo piensa en “el propio yo”. Cuando se reúnen a tratar los principales problemas de los españoles el recurrir a la referencia a uno mismo es una constante.  Lo urgente es llegar a acuerdos y resolver los problemas que acucian a una democracia imperfecta, a la educación y a la sanidad.  Para ellos lo único importante es tocar poder.  El que fue presidente no se resigna a dejar de serlo, el que fue nombrado candidato a pesar del rechazo de sus varones no quiere dejar escapar esta oportunidad y los candidatos recién llegados al Congreso parece que no aprenden de los errores ajenos y pecan también de un excesivo personalismo.
Nos preocupa “el yo”, sin darnos cuenta de que para llegar lejos lo que importa es “el nosotros”.  Esta semana observaba a una mujer que recogía firmas para acabar de una vez por todas con el impuesto de sucesiones en Asturias.  El empobrecimiento de esta comunidad autónoma es evidente.  Basta moverse por España, ya no digo por Europa, para comprobar que estamos a la cola del país.  La población está envejecida, salir a la calle a cualquier hora significa pasearse por un geriátrico.  Abundan más los locales cerrados que los nuevos negocios.  Oviedo que hace 30 años era una gran ciudad se ha quedado en poca cosa al lado de la gran evolución que han experimentado ciudades como Coruña, Sevilla o Granada por nombrar algunas a las que he viajado recientemente y que hacía años que no visitaba.  Como decía, el impuesto de sucesiones sigue siendo en Asturias y, comparativamente con otras comunidades españolas, abusivo.  A los herederos se les hace pagar por algo por la que ya se ha pagado previamente.  Si unos padres han comprado un piso y han pagado religiosamente sus impuestos, ¿por qué tienen que volver a pagar por él sus hijos?  Tramas corruptas que salen a la luz un día sí y otro también (casos MAREA, AQUAGEST, MUSEL, VILLA, POKEMON...) han vaciado las arcas y somos los ciudadanos los que debemos reponer lo robado pagando dos veces por lo mismo.
La mujer que pedía firmas para acabar con el impuesto de sucesiones se acercó a un hombre, este le contestó que él no iba a heredar de nadie y siguió caminando a lo suyo.  Las cuestiones importantes no se valoran por sus pros o sus contras sino por cómo me afecta “a mi” personalmente.  España se mira al espejo y “el propio yo” le devuelve su reflejo.