KARDASHIAN

                                Kim Kardashian

Reconozco que de vez  en cuando veo el reality “Las Kardashian”, protagonizado por esas mujeres que nos venden en las revistas como maravillosas y que no hay nada como verlas en vivo para darse cuenta que nada más alejado de la realidad.  En las fotos resultan fotogénicas, son jóvenes y con una buena melena.  En la TV se ve que las Kardashian son unas chicas como hay miles, con tendencia a engordar, mal habladas, un pelín ordinarias...  nada del otro mundo.  Kim es la más chiquitina, mide 1,59 cm y en internet se puede comprobar que está muy operada, sin embargo esta semana sale en el ranking de las 10 mujeres más guapas del mundo, ¿qué es lo que hace a esta mujer tan especial?

Kim hace publicidad de ropa, cosméticos, diseñadores, etc... y como ella vende nos la venden.  Son engaños a fin de cuentas y mejor que pongan de ejemplo a emular por las chicas jóvenes una chica asequible.  Y digo asequible porque operarse está al alcance de muchas, tener un trasero grande también y llegar al 1,59 en España no es tan difícil.  Resulta más ofensiva la invasión de revistas con chicas de 1,90 cm y con anorexia, ya que conseguir esos cuerpos es inalcanzable y las adolescentes se ponen a hacer dieta lo que no es muy recomendable.  
Para lograr esos cuerpos de revista los jóvenes y los no tan jóvenes además de dieta hacen deporte.  También con el ejercicio hay que tener moderación,  lo mejor es practicar regularmente actividad física.  Parece que los humanos somos propios a los excesos, o todo o nada.  En lo que a deporte se refiere uno mismo es el que tiene que buscar los límites de su propio cuerpo.  Podría decir que hay que dejarse asesorar, pero la experiencia me ha enseñado que los monitores deportivos suelen exigir acorde a sus capacidades que no son iguales a las de la media.  De lo que debemos mentalizarnos es de que el sedentarismo mata.  Muchos de nosotros pasamos ocho horas al día sentados en la oficina y, por supuesto, llegamos tan cansados a casa que nos derrumbamos en el sofá. Para compensar esa jornada sentados deberíamos hacer una hora de ejercicio suave por la tarde, lo que requiere de fuerza de voluntad y eso es lo que nos falta.  Cuando uno se deja caer en el sillón no quiere levantarse ni a mal ni a bien,  sin embargo, una vez que empieza uno a moverse la sangre comienza a circular y ya no cuesta tanto continuar.  Además la sensación de bienestar que nos produce el realizar ejercicio nos hace desear repetir.  Claro que el ejercicio ha de ser moderado, porque si nos ponemos a darlo todo en una tarde al día siguiente estamos molidos y entonces abandonamos la práctica que acabamos de comenzar.
Es posible que una hora de ejercicio al día resulte inviable para algunas personas que al salir del trabajo tienen otras muchas obligaciones: hacer la casa, cuidar los niños, hacer la compra...  Lo que no podemos hacer es engañarnos pensando que todas estas actividades son “hacer ejercicio”, al igual que practicar un deporte nos fatigan pero no es lo mismo.  Hay países (Brasil, Colombia, Reino Unido) en los que para ayudar a aquellos que no disponen de ese tiempo han tomado medidas que les ayuden a caminar un poquito, como por ejemplo separar las paradas del autobús.  Tampoco hay que esperar a sacar una hora de nuestro tiempo para practicar deporte, si se evita el ascensor, se camina en vez de coger el coche para ir a trabajar o se da un paseo en vez de sentarse a la hora del café de media mañana ya se puede dar por cumplida la hora de ejercicio.
Una persona sana gracias a una buena alimentación, suficiente descanso y la práctica regular de ejercicio es más bella.  Hace años me dirigía en el autobús a Madrid y me llamó la atención mi compañera de asiento, ya tendría cerca de 50 años y no era especialmente guapa, pero tenía un pelo y una piel envidiable.  Cuando hicimos la parada de rigor en Villalpando al verla bajar observé que también tenía una figura bonita.  En el bar de carretera el resto de viajeros y yo misma nos lanzamos a por los bocadillos de chorizo, las bolsas de patatitas y la coca-cola, sin embargo mi compañera de viaje se paseaba por la sombra con un sándwich de pan negro integral alemán, que ahora se encuentra en todos los supermercados pero que de aquella resultaba muy raro, y un botellín de agua.  Recuerdo que en aquel momento me di cuenta de qué es lo que hace a una persona ser bella con los años, el cuidarse. 

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