EDUCACIÓN Y CONTAMINACIÓN

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Estos días hay un bailón en un vídeo que se ha hecho viral y se llama Gianluca Vacchi, un millonario italiano que hace lo que se supone que deben hacer los millonarios:  tomar el sol en el yate, bailar, rodearse de gente guapa, lucir palmito...  Porque si no ¿para qué quiere uno ser millonario?  Si trabajar fuese tan enriquecedor como dicen, este hombre estaría trabajando.
Seguro que Gianluca ha pasado por La Palma en su yate.  Ahora el 7% de la Isla de La Palma ha quedado destruida porque un hippy alemán se empeñó en quemar el papel higiénico después de hacer sus necesidades, seguramente para no contaminar, qué ironía.  Es lo que tiene no asistir a clase de biología en el colegio, si no sabría que el papel es materia orgánica y que se descompone sólo con enterrarlo, al contrario que el plástico.  Supongo que es el precio que debemos pagar por sólo enseñar lo que es útil para desarrollar un empleo.
Otros que no debieron asistir mucho a clase de biología son los políticos asturianos, que están muy orgullosos junto al empresario dueño de ARCELOR por la unidad de I+D que tienen en Avilés, única en el mundo según leo en un periódico de tirada nacional.  A lo mejor a los que viven en Madrid o Valencia pueden engañarles en esta publicación, pero no a los asturianos.  En los últimos años estamos viviendo unos niveles de contaminación insoportables.  El pasear por la playa próxima a la planta de ARCELOR supone masticar, literalmente, las partículas en suspensión.  Hay días en los que el olor es insoportable.  El concejo de Corvera en el que se encuentra la acería está entre los primeros de España en enfermos de cáncer y lo que es más preocupante en tumores infantiles.  Supongo que los políticos de la región estarán más que anchos cuando los investigadores de ARCELOR dicen que están probando la combinación de dos filtros, un electrofiltro y otro de mangas que han reducido a ocho millones el coste de esos componentes.  Pues ya les digo yo que esos filtros tienen una eficacia cero y puede que al grupo ARCELOR MITTAL le ahorren mucho dinero pero a los ciudadanos que vivimos cerca nos están matando.  Tenemos unos políticos tan necios que sacrifican la salud de la población con tal de publicar en un periódico alguna noticia de creación de empleo que les aporte votos.  Tan necios que no se dan ni cuenta que ellos y sus familias están respirando el mismo aire que el resto de ciudadanos.  Incluso los nuevos políticos que proceden de una carrera de moda como Ciencias Políticas, que se considera una carrera de letras según la tradición educativa española de encasillar a los estudiantes, necesitan haber asistido a clase de Biología para poder distinguir entre salud y enfermedad.  No digamos ya haber recibido clases de Filosofía para entender la diferencia entre el bien y el mal.
En cuestiones de educación no estamos en España como para tirar voladores. Esta semana Francesco Tonucci, un psicopedagogo, alerta de que la casa es más peligrosa para los niños que la calle.  A personas con sentido común que hablan sobre educación hay que escucharlas.  Entre otras muchas cosas interesantes, este hombre nos aclara que en España no necesitamos otra ley más de educación, lo que se requiere son buenos profesores, ¿desde cuando un profesor ha cambiado su forma de trabajar porque lo haya dicho una ley?  Javier Cercas nos cuenta esta semana su experiencia en Oxford hace un año.  Alaba el sistema educativo anglosajón en un aspecto que me parece importantísimo y en el que hemos estado errando en España desde siempre y es en el diseño de las Universidades.  Tanto en Inglaterra como en EEUU no existen Facultades sino Colleges en los que conviven estudiantes de diferentes carreras.  La movilidad entre estudios que no carreras, permite a un universitario que estudie en estos países empezar a estudiar derecho con 18 años y sin cambiar de College terminar con 23 años licenciado en Literatura, porque según va madurando sus intereses personales van cambiando, algo totalmente normal y previsible para un tanto por ciento muy alto de los jóvenes.  La convivencia dentro del College de diferentes expertos les permite tomar contacto con todas las materias y despertar intereses que quizás con 18 o 19 años no tenían.  Ya en la semana 30 me refería a la recomendación de Roger Schank de esperar dos años tras graduarse en el colegio y comenzar los estudios universitarios debido a esa inmadurez.  En España hay que decidir demasiado pronto el rumbo que lleve tu vida y se exige a muy tierna edad una decisión crucial para tu futuro como es a qué te quieres dedicar, y si es posible que no te equivoques porque las carreras son caras y hay pocas becas.