IR AL PSICÓLOGO

En la sociedad española existe la creencia generalizada de que ir al psicólogo es señal de estar loco.  Nada más lejos de la realidad.  Pueden ser muchos los motivos que hagan recomendable una visita al doctor de la mente.  En la actualidad tendemos a ocuparnos excesivamente del cuerpo y desatendemos los problemas de la mente de un modo preocupante. 
No estoy hablando de aquellas personas que sufren enfermedades mentales, cuyo comportamiento tarde o temprano los lleva a la consulta del especialista.  Me refiero en particular, a todos aquellos que sufren de ansiedad sin darse cuenta que ese sufrimiento es reversible.  Cuántas personas comentan cómo si nada: “Es que yo soy nervioso”.  Son muchos los que están las 24 horas del día en un estado de tensión nerviosa del 80-100% creyendo que eso es lo normal.  Es cierto que si no mantenemos una cierta tensión nerviosa significa que estamos muertos, para vivir es necesaria una cierta tensión, un nivel de hasta el 50% se puede considerar dentro del rango de normalidad.  El estar por encima de ese grado de tensión puede resultar perjudicial para nuestro organismo, además, esa ansiedad puede llegar a producir comportamientos obsesivos.  Es triste observar como una persona que no consigue relajarse acaba obsesionándose con su aspecto físico, con el trabajo, con sus hijos, con la limpieza, con su futura jubilación, con alcanzar la perfección, con la enfermedad, con el deporte...  Hay tantas obsesiones como individuos, basta con que echemos un vistazo a nuestro alrededor para encontrar alguno de estos ejemplos.  Los obsesivos no se percatan que una tensión excesiva mantenida en el tiempo les ha llevado a dicha obsesión, de la que tampoco son conscientes.  Una visita al psicólogo a tiempo podría haber servido para que desarrollasen una actitud relajada, lo que les habría llevado a un bienestar general.  Tengo que apuntar que no vale cualquier psicólogo para este fin, de hecho la mayoría de ellos se comportan como el psicoanalista de Woody Allen que lleva yendo a su consulta 70 años.  Ese es otro engaño más que nos han intentado colar.  Un psicólogo debe ser como cualquier otro especialista médico, hay que ir a su consulta, contarle el problema, recibir un diagnóstico así como las pautas a seguir para salir de él, y, por supuesto, hacer lo que te manda.  ¡Ojo! Que estoy hablando de ansiedad, nerviosismo, irritabilidad o tristeza en sus estados iniciales.  Para llegar a un estado de relajación, tras salir de la consulta del psicólogo, es necesario trabajar día a día sobre los tres motores de la ansiedad:  mente, cuerpo y comportamiento.  Un buen psicólogo te enseña a conseguirlo y, con constancia, puedes llegar a disfrutar de la vida relajadamente.  Además, cuando lleguen los problemas, si llegan, podrás enfrentarte a ellos sin tensión añadida.

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