LA FIESTA DE DESPEDIDA

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La "Fiesta de despedida" es una película de 2014 coproducida por Israel y Alemania. El tema es actual y nos afecta a todos, la vejez. Las personas de alrededor de 50 años tienen a sus padres entrando en esa etapa y los que tienen unos 70 años ya no pueden negar lo evidente, el deterioro avanza a pasos agigantados. Los protagonistas son gente entre 60 y 90 años que viven en una residencia en Jerusalén y que ya nos gustaría en España que abundasen lugares como ese. Se trata de un edificio de apartamentos con un servicio de comedor, jardín y piscina cubierta. A los protagonistas se les ve con calidad de vida y, sin embargo, hay un momento en el que la enfermedad no da tregua y aparece el deseo de acabar con todo. Uno de los viejos inventa una máquina de eutanasia y ahí arrancan una serie de situaciones entre dramáticas y cómicas muy bien llevadas.
Solemos decir que la vejez se ha convertido en un auténtico problema, pensando en los hijos que tienen que hacerse cargo de sus padres, pero, qué pasa con los propios ancianos. Los viejos que vemos en el film no son una carga para sus hijos, son personas que quieren dejar de sufrir, de sentir dolor, de ver como su personalidad se va desdibujando. Generalmente son los que les rodean los que intentan convencerlos de que continúen luchando, supongo que egoístamente, porque el amor es egoísta, y no tiene en cuenta el sufrimiento del ser amado.

Cada día admiro más a esas personas mayores que salen a pasear o a hacer la compra con gran esfuerzo ayudados por su taca-taca. Al verlos me pregunto cuánto tiempo les habrá llevado vestirse. Qué enorme fuerza de voluntad les ayuda a subir y bajar las veces necesarias escalones y aceras. No solemos percatarnos de ello, pero basta tener una ligera tendinitis en el hombro para comprender lo limitada que resulta nuestra movilidad con un dolor. A esas personas mayores les duele todo y, sin embargo, siguen adelante con sus vidas. Los ancianos de la actualidad proceden de una generación que sufrió mucho y trabajó muy duro por las circunstancias sociopolíticas y laborales que les tocó vivir. Me pregunto, llegado el momento de la vejez, que haremos con nuestras vidas las generaciones posteriores, que hemos disfrutado de una vida mucho más acomodada y sin sacrificios.