TÍRALO TODO



Se acerca el 6 de enero, día de los Reyes Magos, fecha en la que nos volvemos niños de nuevo y nos levantamos con la ilusión de abrir los regalos. Esperamos con ansia el momento de recibir eso que tanto deseamos, el nuevo iphone, nuestro perfume favorito, que debido a su precio nunca nos compramos, la pantalla de TV de 65 pulgadas porque la de 55 ya se nos ha quedado pequeña... Nos sigue emocionando entrar en el salón de casa con la primera luz del día y ver detrás de nuestra zapatilla un paquete que, por su tamaño y forma, puede ser el deseado objeto. Lo malo es que pasan los años y seguimos aferrados a todos esos objetos acumulados a lo largo de nuestra vida. Todos  esos regalos vienen para quedarse, nos atraen esos cachivaches porque nunca nos han traicionado, nos hacen sentir bien porque cumplen con su función sin protestar. No nos cansamos de  acumular cosas, siempre hay algo nuevo que necesitamos. Hay pisos pequeños en los que sus propietarios, ya mayores, viven prácticamente enterrados entre muebles y recuerdos. Si les preguntas suelen decir que el que venga detrás que tire lo que quiera, una postura egoísta ya que el pasarse meses y meses seleccionando entre toda la cacharrería por si algo merece la pena de ser salvado no es plato de gusto para nadie. Los suecos ya han pensado en todo esto y una sueca, Margareta Magnusson, ha escrito un libro titulado “El sutil arte de la limpieza mortal a la sueca: Cómo librarte a ti y a tu familia de una vida de desorden”, en él explica la filosofía que lleva a los suecos a despejar la casa de trastos inútiles a partir de una cierta edad. Margareta tiene según sus propias palabras entre 80 y 100 años, con esa edad la muerte es algo cercano a lo que hay que enfrentarse, y una manera de hacerse a la idea es ir tirando todo aquello que has guardado debido al apego que desarrollamos hacia las cosas, pero que para el resto de personas que nos rodean no va a servir para nada. Ella se premia con un viaje cada vez que se deshace de un gran número de bolsas de basura. Entre sus consejos apunta: “Quédate con tu vibrador favorito, pero tira los otros 15” y es que, como decía, los suecos y las suecas van muy por delante.

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