LA CONFUSIÓN GENERA EMPLEO

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Hace unos años al padre de un amigo que tenía una empresa le iban mal las cosas y entró en concurso de acreedores. El estrés de la situación minó la salud del buen hombre que murió de un infarto, por lo que sus hijos tuvieron que hacerse cargo de la empresa. Cuando cogieron las riendas había cerca de una veintena de empleados en las oficinas. A día de hoy, la misma empresa va de maravilla con sólo dos empleados de oficina y manteniendo al resto de personal, lo que demuestra que lo importante son las decisiones tomadas y que no por tener más gente trabajando las cosas van a ir mejor.
Según el principio de Hoffstedt sobre el empleo: “La confusión genera empleo”. Si entramos en una fábrica, podemos comprobar que cada uno de los trabajadores tiene sus funciones bien definidas.  En cambio, si nos pasamos por según que oficinas, nos llama la atención ver a sus habitantes en una pose que varía de “no sé que demonios hago aquí” a “estoy a tope de trabajo”, y todo en un mismo cubículo. El trabajo fluye sin orden ni concierto y la desorganización reina en muchas oficinas. La confusión en un equipo de trabajo tiene mucho que ver con una concepción desordenada del medio por parte del que lo dirige. Tener una mente ordenada y dirigir a un grupo de personas no está al alcance de cualquiera. Puede ser que un individuo con capacidad para ponerse una meta individual y alcanzarla sea incapaz de crear el entorno de trabajo necesario para la consecución de los objetivos colectivos. Ante la confusión reinante se puede llegar a creer que emplear a más trabajadores a los que dar órdenes sea la solución. Más gente más desorden. Es lo contrario de la eficiencia, cada uno sabe lo que tiene que hacer y lo hace.
El que fuera presidente de España José Luis Rodríguez Zapatero fue increíblemente hábil para llegar tan alto con tan poco. Os recomiendo leer el libro del periodista José García Abad “El Maquiavelo de León”. Una vez al frente del Poder Ejecutivo, este parecía un barco sin timón, lo que era evidente para todos nosotros. Zapatero llegó a emplear 656 asesores, lo que nos da una idea del grado de confusión que tenía.