AYUNAR O DESAYUNAR

                                 

Hay temas recurrentes en los medios de comunicación.  Uno de estos temas es el desayuno.  Cada tres por cuatro aparece la noticia de lo importante que es desayunar en cantidad todo tipo de alimentos:  cereales, lácteos, frutas, proteínas...  Lo que hemos podido escuchar sobre desayunos en la última semana es el consejo del cardiólogo Valentín Fuster de la importancia de un buen desayuno.  Creo recordar que no hace mucho un periodista que lo entrevistaba apuntaba que Fuster solía desayunar desde hace años una coca-cola, claro que este prestigioso cardiólogo da a menudo conferencias financiadas por la conocida multinacional. 
 La línea que separa los intereses de las grandes compañías y los estudios científicos financiados por las mismas es muy muy fina.  También en la última semana hemos sabido que para ser muy longevo es buenísimo el ayuno.  Tampoco es la primera vez que se apunta al ayuno como algo necesario para el bienestar.  En su libro “La enzima para rejuvenecer”, el doctor Hiromi Shinya ya apuntaba en el año 2013 que un breve ayuno que comenzase a las ocho de la tarde y se prolongase hasta el mediodía siguiente, con la salvedad de una pieza de fruta en el desayuno, era clave para una buena salud.  Consejos contradictorios que nos confunden porque queremos desayunar bien pero no sabemos si hay que hacerlo todos los días o sólo de vez en cuando.  Mi consejo es que cada cual haga lo que le pida su cuerpo que es el que de verdad sabe lo que le conviene.
Creo que cuando se publican estos consejos sobre desayunar debería tenerse en cuenta que los españoles no somos equiparables a los habitantes de otros países.  Para esta afirmación me baso fundamentalmente en las series y películas, no solo americanas, sino también inglesas, francesas, alemanas, australianas...  Si nos fijamos en la rutina del desayuno en estos países las costumbres son muy diferentes a las nuestras.  En otros países se ve a toda la familia desayunando y charlando tranquilamente en la cocina mientras el sol inunda la estancia.  No hace mucho se pudo ver en el canal Odisea un documental sobre la rutina del desayuno en diferentes países.  En Australia las madres iban incluso a la playa con sus hijos antes de entrar al colegio.  En España, y supongo que en esto coincidiréis todos conmigo, a la hora del desayuno te sientes como si estuvieses robando en tu propio domicilio.  Los horarios de todos los miembros de la casa son diferentes: el que trabaja según en qué, los niños según el curso al que vayan, los adolescentes en la Universidad...  Los que se levantan primero en la oscuridad de la noche deben andar sigilosos por la casa.  En penumbra y en silencio a uno no le apetece ponerse a preparar el gran banquete del desayuno.  Como digo, la conciliación familiar en horarios es inexistente y lo de tomar un desayuno toda la familia charlando, impensable.  A los niños y adolescentes hay que prepararles un buen desayuno, pero ¿qué padre o madre está en casa para ese fin?  Sólo unos pocos privilegiados.  Los horarios en España son incompatibles con los consejos que nos llegan de los estudios que se realizan fuera de España.  Cuando se hace el cambio a la hora de verano es a las diez de la noche, y no a las siete de la mañana, cuando el sol entra por la ventana. ¿Cómo enviar a los niños a la cama? Si cenaron a las siete, a las diez vuelven a tener hambre. ¿Quién se despierta con hambre si  cenó a las diez de la noche?  Se va uno a la cama con el estomago repleto y cuando despierta aún no ha hecho la digestión. 
El problema de los horarios en España es la clave de otros muchos problemas relacionados con la salud.  Mientras los políticos no se mentalicen de que es urgente volver al horario que nos corresponde por situación geográfica es inútil intentar cambiar malos hábitos muy arraigados en la población.

DISFRUTAR LA VIDA

Hace quince días se murió una vecina de mi pueblo con 101 años.  Al tanatorio se acercaron multitud de personas a mostrar sus condolencias a la familia, una vez allí eran muchos los que se interesaban por conocer la causa de su fallecimiento.  Ciertamente no salgo de mi asombro ante semejante cuestión, a mi me parece evidente que la señora se murió porque tenía 101 años.  Es más, en lugar de dar un funeral en el que el cura diga con voz apesadumbrada:  “Hoy estamos aquí para despedir a nuestra hermana...”, debería haber una gran fiesta para celebrar la larga vida de la que disfrutó la difunta.  Esta señora en cuestión corría hace un mes hacía el supermercado a hacer la compra.  Es evidente que en este caso no hay porque entristecerse, si pensamos en gente incluso 20 años más joven que permanece postrada en una cama sin reconocer siquiera a sus propios hijos, no hay lugar a dudas que la suya fue una existencia larga y plena.
Triste es cuando se muere una persona joven.  En estos casos intuimos que no ha tenido tiempo suficiente de disfrutar la vida.  Lo que sí que resulta altamente relativo es cómo unos y otros disfrutan de su existencia.  Estos últimos días hemos asistido en España a la terrible noticia de la muerte de una joven promesa de la política,Carmen Chacón, una mujer de 46 años que ya había sido ministra y de la que se esperaban grandes cosas.  Al leer en la prensa un artículo de cómo fueron sus últimos días pienso en lo triste que era su vida, sin embargo, estoy segura de que ella disfrutaba de ese modo y que según sus cánones tuvo una vida plena.  A mi me parece triste en el caso de esta joven política el hecho de que tuviese un hijo de 9 años y según veo reflejado en sus últimas vivencias apenas lo veía.  Esta mujer adolecía de una malformación cardíaca para la cual estaba recomendado llevar una vida tranquila, al parecer su vida era todo menos tranquila.  De esto no se la puede culpar, cada uno escoge cómo quiere vivir y probablemente el vivir 100 años en un pueblo como el mío, cuyo mayor atractivo es ir a ver el mar, habría sido para ella morir en vida.  En la semana anterior al fatal desenlace Carmen Chacón voló de Barcelona a Madrid, de Madrid se desplazó a descansar a Cadiz donde visitó Vejer de la Frontera, Tarifa , Zahara de los Atunes, Barbate y Sanlúcar de Barrameda; despues de este “relajado” paréntesis cogió un vuelo a Florida donde dio una conferencia, acudió a una comida, asistió a un Congreso y voló de nuevo a Madrid el sábado donde tuvo unos minutos para ver a su hijo ya que el domingo había quedado con unos amigos que fueron los que avisaron de que Carmen no acudía y ya conocemos el resto de la historia.  Triste, es la palabra que me viene a la mente cuando pienso en el papel que el hijo de Carmen que vive en Madrid jugaba en la vida de esta mujer que vivía en Barcelona.  Y no lo digo desde el punto de vista de que una madre tenga que obligatoriamente estar con su hijo, ¡qué va!, pienso en cuánto se disfruta con un niño y qué rara me resulta la forma en que tenía esta mujer de disfrutar su vida, que sin duda lo hacía.  Su muerte me hace recordar la de otra mujer joven hace unos meses, la cantante Bimba Bosé.  Cuando Bimba supo que ya no le quedaba mucho de vida se retiró con sus hijas a Sotogrande a oír los pájaros y levantarse cada mañana viendo el sol.  Qué dos formas tan diferentes de ver la vida.

LA ETERNA JUVENTUD

 

    Aubrey De Grey

Creo que ya he hablado alguna vez de la moda que nos invade según la cual todos debemos permanecer jóvenes.  No hace mucho había jóvenes y viejos, sin embargo, ahora, conozco a personas de más de ochenta años que hablando de otros de la misma edad los llaman “chavales”, y es que hoy con ochenta años se es joven, o eso dicen.  Para animar más a esta esquizofrenia de la eterna juventud anda por ahí un ingeniero inglés, Aubrey de Grey, estudioso del envejecimiento, que asegura que en breve viviremos hasta los 1000 años (no me he equivocado con los ceros) a base de realizar ciertos tratamientos que intuyo que él no ha probado (ver foto de arriba) porque tiene 53 años y aparenta 70 bien llevados.

Para el que esté interesado, en Madrid ya hay clínicas que aplican estos tratamientos antienvejecimiento, aunque me parece que no exactamente los que te permiten llegar al milenio.  En estas clínicas te hacen un chequeo exhaustivo consistente en:

- Cuestionario larguísimo sobre tus hábitos de vida.
- Analítica completa
- Prueba de función neurocognitiva:  memoria verbal, tiempo de reacción y capacidad motora y visual (básicamente enfrentarse a juegos de ordenador)
- Examen de fuerza y de flexibilidad.
- Test de esfuerzo en una bicicleta computerizada, en la que miden el umbral aeróbico y anaeróbico mediante un test cardiorrespiratorio.
- Estudio morfológico de imagen.  Calibran como andas de grasa y masa muscular en una báscula por impedancia y mediante un escaneado corporal.
- Estudio del sueño. Te toman cada tres horas, durante un día entero, muestras de saliva para conocer cómo andas de hormona del sueño, la melatonina.

Este estudio viene a salir por unos 1000-1500 €.  A partir de los resultados lo más seguro es que te manden quitarte unos kilos de encima con una dieta controlada que te haga perder grasa (con cincuenta años ¿a quién no le sobra grasa?) manteniendo la masa muscular. Ah! Se me olvidaba decir que Aubrey adelanta en sus conferencias que los tratamientos antienvejecimiento deben aplicarse al filo de los 50 años o antes, después ya es tarde.  Dormir mejor es otro de los objetivos (¿quién consigue conciliar el sueño con los años?).  Cambiar los hábitos alimenticios es fundamental y en esto como hay tantas modas te puede tocar dejar de tomar carbohidratos para cenar o no comer juntos proteínas y carbohidratos, por poner sólo dos ejemplos.  Últimamente también se oye mucho en los medios que el azúcar es veneno, así que es fácil que estas Navidades sean las primeras sin probar el turrón.  Por supuesto nada de beber alcohol o fumar.  En lo que a ejercicio se refiere el consejo suele ser mejor la variedad que una única actividad, así que un plan semanal puede ser: tres días caminar, dos días yoga y dos días bailes latinos, que ya se sabe que el baile eleva los niveles de serotonina, la hormona de la felicidad.  Y, por último, un porrón de pastillas, entre 15 y 30 al día, con complementos alimenticios como:  melatonina, multiminerales, multivitaminas, levadura roja de arroz, complejo B, coenzima Q10, cúrcuma, vitamina D, saw palmeto, probióticos, omega 3, etc. (en total unos 300 € al mes).
Con todo esto en la clínica antienvejecimiento le garantizan que dormirá mejor, estará más en forma y lo que no es un asunto banal mejorará la líbido, la prueba es que Sánchez Dragó, un fiel seguidor de estos tratamientos no tiene una, sino dos mujeres.  

 

DESCANSE EN PAZ

Esquela de L. G. Cereceda publicada en El País

Aquí en el norte empezamos el año con la epidemia de gripe golpeando duramente.  Los hospitales están a rebosar y como siempre los más afectados son los más débiles, niños y ancianos.  Aunque en principio la gripe no es mortal, sus posibles complicaciones hacen que las páginas de los periódicos se llenen de esquelas.  Yo tenía una amiga que coleccionaba esquelas, también iba vestida de negro por lo que suponíamos pasaba por una fase gótica, sin embargo, con los años supe que no era la única coleccionista de esquelas ya que Camilo José Cela también lo hacía, su motivo eran las curiosidades que aparecían en ellas.
En principio una esquela debería ser un relación de parientes del muerto y por eso no entendía que curiosidades podía encontrar este escritor en ellas, nunca se me había ocurrido leerlas pero empecé a hacerlo para encontrar una explicación a semejante afición.  Efectivamente las esquelas resultaron desde entonces una fuente inagotable de sorpresas.  Desde un señor de noventa años en cuya esquela figuraba su muñeca de trapo hasta los apodos más curiosos, pasando por muy diversas pistas sobre la vida y muerte del difunto.  Quizás sean esos trazos que nos sugieren algo sobre el fallecido sin llegar a ser explícitos lo que nos pica la curiosidad y nos hace pensar en alguien que ni siquiera conocemos.  Y no digamos ya la guerra de esquelas que se abrió en la familia del difunto Luis García Cereceda, millonario, amigo de Felipe González y constructor de la urbanización La Finca en Madrid, donde viven muchos futbolistas y otros famosillos.  Como muestra os pongo arriba una de las esquelas publicadas por miembros de su familia en la que no sólo nos dan una pista de cómo era el difunto sino también de cómo son los que le sobreviven.

Y aunque involuntariamente me he puesto a hablar de esquelas, lo que yo quería era hablar de la muerte.  Ya duermas en una cama con dosel de dos metros o en un jergón tirado en el suelo la muerte te llega de igual modo, eso nos iguala a todos.  Como digo, estos días han aumentado los fallecimientos, pero sobre todo de personas de más de ochenta años.  Mi madre que ha cumplido ya los ochenta años se empeña en decir que esas personas son aún jóvenes, pero yo no lo creo.  Con más de ochenta años ya has vivido mucho, has disfrutado mucho y, a veces, has sufrido mucho.  Al final eso es lo que importa, el balance que puedas hacer.  Si a un octogenario le oyes decir: “Yo he tenido una buena vida”, sabes que se puede ir tranquilo, ha vivido y bien.  En estos casos la tristeza que inevitablemente produce la muerte no es comparable a la que sentimos cuando una persona joven nos abandona.  Es cierto que nadie quiere morirse, porque como dijo Rafael Alberti: "¡Qué rápido se me ha pasado!" Y eso que él ya tenía más de noventa años cuando se murió.  La vida pasa rápido por mucho que vivas, por eso debería ser una obligación vivir a tope hasta el fin y he ahí una de las paradojas de la vida, hay personas que siguen viviendo sin vivir.  Porque vivir es disfrutar.  ¿De qué sirve estar vivo si no puedes disfrutar?  Las formas de disfrute son infinitas, quizás no puedas caminar pero puedes leer, quizás no puedas oír música pero sí degustar una buen comida...  Es indudable que hay tantas posibilidades como personas en el mundo, y a veces es uno mismo el que se ve obligado a renunciar a algo que le gusta y debe entonces buscar otra opción que llene ese hueco.  Lo malo es cuando todo te es indiferente, generalmente debido a esa enfermedad terrible llamada Alzheimer, pero no sólo, hay personas que son incapaces de disfrutar de lo que la vida les ha dado, sólo tienen que estirar la mano y cogerlo, y aún así, ves como no hay nada que les haga disfrutar, no es una enfermedad, es una desgracia.  Cuando pienso en este tipo de gente y pienso en los miles de refugiados, muchos de los cuales tendrían una tendencia innata hacia la felicidad que las circunstancias les ha arrebatado, pienso en lo injusta que es la vida.  Por eso debemos obligarnos a disfrutar cada día como si fuese el último, porque como dice Woody Allen, algún día acertarás.

 

EL AUMENTO DE CASOS DE CÁNCER DE MAMA


Existen cuestiones de la vida diaria que nos llenan de incertidumbre y de las que esperamos que un buen día alguien sepa abrir nuestra mente ante lo que, seguramente, era evidente y nosotros no acertábamos a entender.  En los últimos años hay una de estas cuestiones sobre la que me he preguntado a qué podía deberse y es el enorme incremento de casos en nuestro entorno de cáncer de mama.  Por lo que sabía podía deberse a diferentes motivos como son los agentes mutágenos presentes en nuestra vida diaria, las hormonas en la leche de vaca, los antitraspirantes... y así un sinfín de motivos posibles con los que intentaba entender la realidad que nos rodea.
 El sábado por la noche después de ver una película me quedé un rato viendo el documental de la noche temática en la 2.  Como había sido el día internacional contra el cáncer de mama el documental iba de eso ("Defender nuestros senos").  Al principio el documental parecía uno más sobre la importancia de realizar mamografías periódicamente, pero la cosa se fue poniendo interesante cuando comenzaron a aparecer en pantalla médicos y epidemiólogos de todo el mundo alertando de que algo se está haciendo mal.  Eso fue lo que hizo que continuase viendo el documental hasta el final, el intentar entender cómo es posible que hablemos de prevenir una enfermedad y el efecto resulte el contrario al deseado.   Uno a uno iban saliendo en pantalla especialistas que cuestionan la detección precoz del cáncer de mama.  El Dr. Matthieu Yver, anatomopatólogo, explicaba que cuando hacen una biopsia de mama por la sospecha de que haya células cancerosas ocurre algo muy curioso y es que en el cáncer de colon, por ejemplo, cuando encuentran células precancerosas lo llaman adenoma o tumor benigno y en la mama cuando encuentran células precancerosas lo llaman carcinoma in situEl carcinoma in situ no es un cáncer ni tiene por que degenerar en cáncer, sin embargo, ese riesgo de padecer cáncer se trata como si fuese cáncer y se aplica cirugía y radioterapia.  A mujeres con buena salud se las trata como enfermas y se les aplican tratamientos muy agresivos que hacen que muchas mujeres padezcan una depresión u otras complicaciones.  Así pues la cuestión es cáncer o precáncer. 
La idea de realizar mamografías periódicamente surgió en Estados Unidos en los años 70, en los que se hizo un estudio donde se tomaban dos grupos de mujeres, a uno se le hacían pruebas de detección precoz y al otro no.  La conclusión fue que después de unos años el 30% de las mujeres en el grupo sin revisión habían muerto de cáncer de mama.  Un médico americano, Gilbert Welch, analizó recientemente ese estudio en base al cual se generalizó la detección precoz de cáncer de mama y encontró que el estudio no fue todo lo imparcial que debía.  En primer lugar, cuando en el grupo sin control morían y no se sabía por qué, se decía cáncer de mama; en segundo lugar, en el grupo con control no se permitió entrar a mujeres que habían tenido antecedentes de cáncer y en tercer lugar, el que hizo el estudio tenía una empresa que hacía mamografías.   
Ningún especialista cuestiona que si se tiene un bulto en el pecho hay que acudir al médico y hacer lo necesario para curarse.  De lo que hablamos es de cómo una práctica médica puede llegar a determinar quién está enfermo y quién no, aplicando tratamientos muy agresivos a pacientes que por el momento lo son sólo en potencia. Se denomina detección temprana de cáncer y lo que se halla son células que pueden o no llegar a ser cancerígenas y que se trata a las pacientes como si tuviesen un cáncer en toda regla. 
El epidemiólogo Philippe Autier estudia las cifras y llega a una conclusión preocupante, en el caso del cáncer de útero desde que se hace detección precoz han disminuido los casos de cánceres avanzados de útero, pero en el caso del cáncer de mama a pesar de hacer detección precoz no han disminuido los casos de cánceres avanzados de mama.  El epidemiólogo se planteó entonces ¿para que sirven las mamografías si no disminuyen los casos de cánceres avanzados? En Francia pese a la detección precoz, las muertes por cáncer de mama no han descendido, claro que los defensores de la detección precoz aluden que esto se debe al envejecimiento de la población. 
En EEUU el Dr. Gilbert Welch, especialista en medicina interna apunta hacia un nuevo enfoque:  “No se trata de detectar células precancerígenas y aplicar tratamientos muy agresivos  sin más, de lo que se trata es de reducir el número de cánceres que lleguen a un estado avanzado.  Ahora mismo se está salvando a mujeres que no lo necesitan, existe una auténtica epidemia de canceres de mama como consecuencia de la detección precoz de cáncer de mama.  Se detectan más cánceres no porque existan más, sino por una práctica médica mal entendida.  Si buscas anomalías, las encuentras.  El pecho al ser una glándula tiene anomalías celulares, es algo común, al igual que la tiroides o la próstata”. 
Existe un estudio realizado en los años 80 por una anatomopatóloga en Copenhague, la Dra. Nielsen, que al analizar tejido de mama de mujeres que habían muerto de forma violenta o en accidente encontró que un altísimo porcentaje, el 20% de ellas, presentaban células cancerígenas; probablemente estas mujeres nunca habrían manifestado estos cánceres durmientes
Lo que estos profesionales intentan decirnos es que no hay tantísimos cánceres de mama, lo que hay es un gran número de sobrediagnósticos, casos muy precoces que probablemente desaparecerían o nunca llegarían a manifestarse y que sin embargo, se tratan como cánceres.  Y, con esto, queda aclarado por qué tantas mujeres de nuestro entorno tienen ¿cáncer de mama?

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