EL CUENTO DE LA CRIADA

                                              

Estoy fascinada con una serie que están emitiendo a la vez en el HBO español y americano, se llama “The handmaid's tail” y no lo pongo en ingles por fastidiar, sino porque no lo han traducido en la TV y así la podéis encontrar más fácilmente.  A base de oír palabras en inglés quizás algún día lleguemos a ser como los portugueses que de tanto escuchar las películas en versión original no les cuesta tanto como a nosotros aprender idiomas.  Pero me estoy desviando del tema que es la serie en cuestión.  Esta serie está inspirada en el libro del mismo título de Margaret Atwood.  El libro en sí ya es una pasada, parece casi de adivinos que esta escritora haya compuesto semejante historia en 1985.  Se trata de una premonición de la evolución de nuestra sociedad hacia pensamientos retrógrados y extremismos religiosos. 
 Hoy en día sería relativamente fácil elucubrar una historia como esa, pero en los años 80 en los que parecía que avanzábamos a toda velocidad hacia una mayor libertad y una democracia más perfecta esta mujer tuvo indudablemente una visión futurista.  Hoy tenemos el ejemplo de Donald Trump en EEUU, ISIS en Oriente, Corea del Norte, etc... que nos demuestran que los temores de Atwood se han cumplido con creces.  No quiero contar de qué va la serie porque os la recomiendo encarecidamente y sería una pena que el primer capítulo no despertase en vosotros la enorme curiosidad que despertó en mis amigas y en mí cuando lo vimos por primera vez.  Y digo esto porque ya hemos visto los 10 capítulos que componen la primera temporada varias veces.  Resulta de una temática tan sorprendente que sobrecoge, sobre todo porque da miedo pensar hasta donde puede llegar la mente humana cuando tiene que hacer frente a una situación en la que esté en riesgo su supervivencia. 

El libro de Margaret Atwood, cuyo título en español es “El cuento de la criada” es considerado un referente del feminismo.  La historia se desarrolla en el futuro y por desgracia las mujeres no salimos bien paradas a pesar de la lucha incesante, durante los años previos, por la reivindicación de nuestros derechos.  Yo extraigo dos conclusiones terribles  a partir de lo visto:  las mujeres siempre seremos tratadas como objetos sexuales y la humanidad, en general, puede en cualquier momento perder derechos que se daban por garantizados. 
Por mucho que los hombres que dirigen los periódicos se empeñen en sacar en sus páginas a mujeres que dirigen empresas para demostrarnos que la mujer puede hoy en día llegar donde cualquier hombre, al final es todo una engañifa.  Basta con fijarnos en los anuncios de esos mismos periódicos, ¿qué trato se le da a la mujer?, ¿cómo sale fotografiada?  Pues ni más ni menos que como un objeto de deseo.  La mujer tiene que ser bella, delgada, joven, bien arreglada y perfecta.  Da igual que se anuncie una crema o una empresa, las mujeres siempre aparecen como objetos decorativos.  No solo en los periódicos, si hablamos de internet, hasta en la página desde la cual me he bajado la serie saltan anuncios de chicas desnudas con cada click.  Internet nos facilita una serie que nos hace reflexionar sobre el papel de la mujer en la sociedad y, por otro lado, nos vende a esa misma mujer como un objeto.  Y lo que más miedo da es que tanto en la historia que nos cuenta Margaret Atwood como en la vida real, son las propias mujeres las que contribuyen a que seamos tratadas como objetos.  Por poner un ejemplo, cuántas mujeres han criticado a la mujer del presidente francés por tener más edad que él y ni se han fijado en la diferencia de edad entre el presidente americano y su mujer.  Por desgracia demasiadas.
La otra amenaza reflejada en la serie, que os animo a ver sin esperar demasiado, es la perdida de derechos que creemos garantizados.  No valoramos la vida privilegiada de la que disfrutamos en ciertas sociedades. Leemos sobre la ausencia de derechos y de valores en ciertos países y lo vemos como algo lejano, que no puede pasarnos a nosotros.  Sin embargo, pasos atrás en la consecución de derechos se han dado en los últimos años en diversos lugares del mundo.  Llama más la atención si este retroceso se da en EEUU, pero no hace mucho la TV americana hizo un documental sobre los votantes del actual presidente Donald Trump y la homofobia, la religiosidad extrema o la misoginia estaban a la orden del día entre sus filas.  Dejo ahí esa reflexión para que veáis la serie inspirada en el libro y atéis cabos.

EL MÉDICO ALEMÁN

La película argentina “El médico alemán”, inspirada en hechos reales, resulta inquietante.  Trata sobre los nazis que escaparon hacia América del sur.  Allí se escondieron muchos de los criminales más buscados.
No soy muy amiga de ver películas sobre nazis, me hartan, porque creo que es un tema que fue muy duro y muy triste, pero dicho esto, el asunto se ha documentado en exceso.  Tanto filmar sobre este exterminio resulta ligeramente sospechoso.  Sospechoso de que  los dueños de las principales empresas dedicadas a producir películas y documentales profesan la religión judía.  El dolor de los judíos merece para mi el mismo respeto que el de los sirios, tibetanos, camboyanos, serbios, hutus, tutsis y en general cualquier pueblo que haya sido víctima de genocidio. 
En diferentes canales de TV se programa “a diario” por lo menos un documental sobre el holocausto, cuando no hay dos documentales simultáneos, o un película y un documental.  Resulta excesivo para cualquier tema semejante seguimiento. Y es precisamente sobre el nazismo que nos quieren atiborrar de información.  Ha habido muchos otros conflictos igual de bestiales y dolorosos sobre los que apenas se conocen datos concretos.
Después de esta puntualización reconozco que “El médico alemán” se ve bien.  El paisaje de la Patagonia es muy bonito.  La historia está tratada con el justo dramatismo, cosa que se agradece.  Y una vez que finaliza la película sobrecoge pensar que las fabulosas mansiones de Bariloche sobre las que ya me habían hablando hacía tiempo puede ser que provengan del dinero robado por los nazis a los judíos.

La asesina de la oficina

La asesina de la oficina

Título original:  Office killer.
País:  Estados Unidos
Año: 1998
Duración: 82 min.
Director: Cindy Sherman
Protagonistas:  Carol Kane, Molly Ringwald, Jeanne Tripplehorne.
                                                                          
Cuando os hablé de las ventajas de trabajar desde casa no estaba pensando en esta película.  La protagonista, Dorine, se ve obligada a instalar su oficina en casa y como decoración se decanta por los fiambres de sus compañeros.  Dorine añora su oficina y tras matar accidentalmente a un compañero le empieza a coger gusto a asesinar.

Headhunters

Headhunters

Título original:  Headhunters.
País:  Noruega
Año: 2011
Director: Morten Tyldum
Protagonistas:  Aksel Hennie, Nikolaj Coster-Waldaw y Synnove Macody Lund.
                                                                          
Roger se dedica a reclutar directivos por el día y se aprovecha de la información que les saca sobre sus posesiones para robar obras de arte por la noche.  Roger es bajito y acomplejado, pero gracias a su dinero tiene una casa y una mujer espectaculares.  Los problemas empiezan cuando intenta robar a la persona equivocada.  Esta película me gustó muchísimo porque tiene todos los ingredientes para entretener:  acción, romanticismo, moraleja...  El desenlace resulta sorprendente lo que siempre resulta agradable porque las películas americanas, que son las que predominan en la cartelera, son siempre predecibles.

Mamá hay un hombre blanco en tu cama

Mamá hay un hombre blanco en tu cama

En esta película francesa observamos la vida en una oficina a través de los ojos de una persona que forma parte de ella aunque no siempre la veamos:  la limpiadora.  Al principio de la película la limpiadora (Firmine Richard) es prácticamente invisible para el ejecutivo (Daniel Auteuil).  Sin embargo, como suele suceder en la vida real, la limpiadora posee información muy valiosa. 

Título original:  Romuald et Juliette.
País:  Francia
Año: 1989
Duración: 108 min.
Director: Coline Serreau
Protagonistas:  Daniel Auteuil, Firmine Richard, Pierre Vernier, Maxime Leroux.
                                                                                           

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